martes, 14 de enero de 2014

Teoría del desarrollo capitalista, Capitulo V y VI.

V.    LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA.

Sweezy a lo largo de su obra continúa abordando el concepto de “reproducción simple” refiriéndose a un sistema capitalista que mantiene las mismas dimensiones y proporciones. Para que este hecho se pueda llevar a cabo los capitalistas deben reponer anualmente “el capital gastado o usado y empleen toda su plusvalía en el consumo; y que los obreros gasten todo su salario en el consumo”. Lo que significa como aclara el autor que “el valor del capital constante usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicados a producir medios de producción”. Por tanto, este concepto alude a una característica esencial del sistema capitalista como es su constante interés de “ampliar el capital”, de manera que parte de su plusvalía se convierte en capital adicional. Esta acumulación le permite poder poseer aún más plusvalía, que se vuelve a convertir en capital adicional y así sucesivamente. Este deseo de acumulación proviene del deseo del capitalista de aumentar el valor proviene de la posición que va a ocupar dentro de la organización de la producción social, ya que “el éxito en la sociedad capitalista consiste en aumentar el capital propio” pues si no se continúa el camino  de la acumulación, se encuentra en el peligro de perderlo todo. En el análisis marxista se parte de que “la acumulación implica un aumento en la demanda de la fuerza de trabajo”, sin embargo, como apunta Sweezy la “fuerza de trabajo” no es una mercancía ordinaria, que ante una subida de la demanda de la misma aumentaría el precio de ésta. Por tanto, era necesario ofrecer una respuesta a esta cuestión. Ricardo ofrecía la respuesta a través de la teoría de la población, sin embargo, Marx apunta otra argumentación. Para encontrar las causas de qué era lo que retenía a los salarios, Marx apuntó hacia la ideal del “ejército de reserva”, es decir, “obreros desocupados, que mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante, hacia abajo, en el nivel de salario”, su origen viene especialmente de aquellos que han sido desplazados por la maquinización del trabajo. De manera que “mientras más fuerte sea la tendencia de los salarios a subir, más fuerte será también la presión del ejército de reserva para contrarrestarla y viceversa. Junto a esta destrucción del trabajo a través de las máquinas, las crisis y las depresiones se convierten en un factor importante para reconstruir “el ejército de reserva”.

VI.    LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA

Por otro lado, otra de las leyes fundamentales de Marx es la “ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia”, donde se demostraba que ciertos obstáculos internos se oponían al “desarrollo indefinido de la producción capitalista”. Para ello Marx enuncia seis causas “que contrarrestan la tasa descendente de ganancia”. En primer lugar, “el abaratamiento de los elementos del capital constante”, donde el uso creciente de la maquinaria disminuye el valor por unidad del capital constante; en segundo lugar, “el aumento de la intensidad de la explotación”, como por ejemplo con la prolongación de la jornada de trabajo; “la depresión de los salarios más debajo de su valor”, “la sobrepoblación relativa, pues con la existencia del ejército de reserva conduce a la creación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de ganancia relativamente alta y el “comercio exterior” al abaratar los elementos del capital constante. A pesar de todo, Sweezy realiza una crítica y apunta que lo que se puede decir sobre este tema es que “la tasa de ganancia bajará si el porcentaje de la plusvalía es menor que el porcentaje de la disminución de capital variable con respecto a la total”. Este autor en este capítulo pone de manifiesto que no es posible demostrar una tendencia descendente de la tasa de ganancia comenzando el análisis por la composición orgánica ascendente de capital. Lo que sí queda claro, es que la “composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de plusvalía, y en esa forma, a acrecentar el volumen de la plusvalía más allá de lo que éste hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital”. Por otro lado, el autor apunta a una serie de fuerzas que son claves a la hora de deprimir por un lado, y elevar, por otro, la tasa de ganancia. Aquellos factores que la deprimen son: los sindicatos, la acción del Estado en beneficio de los trabajadores. Por otro lado, aquellas fuerzas que elevan la tasa de ganancia son: las organizaciones patronales; exportación del capital; formación de monopolios y acción del Estado en beneficio del capital.  

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